domingo, 17 de diciembre de 2006

Acabo de llegar desde Quellón

Por motivos que son largos de explicar, me separé hace pocos meses de quien fuera mi esposa por 5 años, y por lo mismo ya no vivo con mi hija, una preciosura llamada Mercedes. Está claro lo doloroso de esta situación;sepan que si hubiera podido evitar la gran tristeza que le cause a mi hija no dudaría un segundo en haberlo evitado. Pero no siempre podemos alcanzar lo que deseamos y creo, hoy más firmemente, que mi separación, aunque dura, será beneficiosa para el buen desarrollo de mi hija...¿Consuelo de tontos?...No lo creo, he visto a muchos hombres y mujeres soportarse mutuamente con la excusa, sí excusa, de los hijos. Una vida humana, por muy hijo/hija nuestra que sea no puede convertirse en razón de vida de otro, es injusto hacer pesar en un niño la responsabilidad de pasar tú vida junto a alguien que ya no quieres, o por quien ya no sientes lo mismo.
Los motivos y las razones de vida son individuales, poco a poco he ido aprendiendo eso, y lamento muchísimo vivir lejos de mi hija, saber que lloró porque volvía a Ancud, pero son las consecuencias, y estoy dispuesto a aceptarlas....
Hija, cuando seas grande,
pasearemos por las calles tomados de la mano,
y sabrás que, aunque lejos, nada podrá separarnos.

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