
Actualizando ahora que hay tiempo, y que las ganas de escribir llegaron, quizás empujadas por el frío o por una sana melancolía propia de la edad, o ambas cosas mezcladas bajo las intensas lluvias de Chiloé.
Como siempre, Quellón ofrece panoramas altamente carreteros, y como les contaba anteriormente, el día de la semana es irrelevante (...venga!!!). Hace unos meses atrás y volviendo al pueblo después de un tiempo fuera, trás mi separación, junto a mis dos entrañables compañeras de arriendo, mi hermana Carlita y su inseparable amiga Eli, se nos ocurrió celebrar el cumpleaños de esta última, pues como todos sabemos las excusas sobran a la hora de festejar.
En eso estábamos cuando nos enteramos de que a varios cercanos, y otros no tanto, habían tenido la misma loca idea...Que nos dijeron, nos pusimos manos a la obra, y comenzamos a juntar gente pa'l jolgorio. Está demás decir que la cosa salió a pedir de boca, harta gente, harto copete, dos bolsas chicas de maní, y una de papas fritas, buena música y otra no tanto, en fin, el clásico carrete casero chileno, tipo clase media...Por lo mismo, a eso de las dos de la madrugada ya se estaba yendo todo el trago, y tuvimos que hacer la consabida "cucha", o "vaca" o como quiera que se le llame, mandar a los dos más borrachos, pues siempre se ofrecen a "ir a comprar poh' huevón, no ven que la huevá está buena..." En fin, resumiendo, a eso de la tres volvieron los dos comisionados con una compra que te la encargo, lo peor, lo más barato, lo más malo...Y que se le va a hacer, había que sacrificarse, no vaya a ser que la cosa muriera ... A todo esto la festejada hacía rato que estaba "out of order", sin dar señales de vida.
Cerca de las cinco, tomé elegantemente mi casaca de mezclilla, conocida como la "armadura" y gentilmente me despedí de los invitados que aún quedaban conscientes alrededor de la mesa...El único problema era que ¡¡¡ YO VIVÍA EN ESA CASA !!!... De verdad, así como afuera llueve, me despedí y me fui, sin darme cuenta yo, ni los demás, de que me iba de MI CASA... me retiré, según yo, dignamente y cuando llevaba una media hora caminando, y en una repentina ráfaga de consciencia, tuve una epifanía y me di cuenta de que me dirigía resuelto a la casa de mi ex esposa... Al volver, como que no quiere la cosa comenté, por si alguien escuchaba o se daba cuenta, que la disco estaba cerrada...Por suerte los que estaban, ya a esas alturas echados sobre la mesa y balbuceando incoherencias, ni notaron mi regreso...
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