
El viernes fui a ver a mi pequeña hija, Mercedes, de tres años y medio, como cada martes y viernes, cuando, por estar separado de su mamá, tengo autorización judicial para visitarla y compartir los mejores momentos de la semana...Nunca he sido muy religioso, aunque siempre he sentido curiosidad por temas relacionados con las creencias divinas, de todas las culturas y religiones...Como les decía, este viernes recién pasado estuve con Meche en su casa y me enseñó con sus simples gestos y su vocabulario básico, aquello que nunca les entendí a mis estirados o ultramotivados profesores de filosofía del Colegio de curas...Rara vez les entendí esa necesidad de los católicos de practicar la comunión, que para mí era un remedo de comida, cierto rasgo antropófago y con semblante de rito mortuorio; una como incapacidad de entender el mensaje real de Jesús (que yo tampoco tengo tan claro, pero sé que lo vislumbro...) y buscar en ese trozo de pan una cercanía. Claro, común unión y toda esa diatriba etimológica...Realmente, mi hija dio en el clavo...Cuando me iba, por que ella y su mamá iban a salir, me despedí y ella, sin decir nada, se acercó a la mesa, tomó el pan y dando gracias ( a su mamá) lo partió y me entregó la mitad...ahí me cayó la teja; no soy yo quien necesita de Jesús, es él quien me recuerda que, siempre, me necesita, que está ahí...para mí...
Gracias hija...
2 comentarios:
Hola broder. Qué lindo lo que escribiste, como siempre =).
Yo todavía no entiendo muchas cosas de la religión que elegí, pero weno...marcha atrás no puedo dar xD
Creo en el espíritu santo, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados
amén xD
jajajjaa
what a hell?
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