
Vuelvo a tomar (esta vez no es un vaso) este espacio electrónico que alguna vez caído en desgracia sirvió para saciar mis ganas de hablar y mi falta de plata para un sicólogo...
¿Qué decir desde este lado del archipiélago mágico, donde la magia es más esquiva y pareciera que mucho más oscura?... Quellón pareciese ser el vertedero de la Isla Grande, una suerte de Alcatraz chilote...un Tijuana donde la escoria se da el gusto de regentar los pasajes, calles y esquinas, controlando el mundo nocturno de la ciudad puerto...
Pero realmente, a la luz de la mañana este puerto (que tal vez no ama como el hambre, pero conquista como mina) no es ese lugar far west de la crónica periodística, sino un pueblito sureño típico, con sus rollos, sus virtudes, su maldad, su amor....es normal.
Somos un lugar más pequeño y quizás por eso se nota más, pero de nosotros depende no creernos el cuento y reconquistar este punto final de la Isla de Chiloé.
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